Primero, veremos cómo ganan dinero las empresas tradicionales que no se han adaptado al cambio de mercado para entender que no podemos seguir las mismas reglas de juego si realmente queremos tener éxito.

Las empresas tradicionales tenían en foco en el beneficio económico. Y el mercado exige cambiar la visión hacia un beneficio centrado en la persona. En generar valor, solucionar problemas y cubrir necesidades reales.

Entonces, ¿cómo ganan dinero estas empresas?

La respuesta la encontramos en la diferencia entre lo que se paga a un empleado y el valor que este produce. Si un trabajador tiene un salario superior al valor económico que genera, no da beneficio. No es rentable para el negocio.

Ante este panorama, los propietarios capitalistas se preguntan ¿cómo aumentar los beneficios?

Sencillo: conseguir empleados de sueldos bajos que produzcan un beneficio elevado. Cuanta más diferencia exista entre salario y beneficio mejor para el negocio en términos de rentabilidad.

¿Y dónde está el truco para que empleados con nóminas bajas consigan grandes beneficios?

En equiparlos con máquinas eficientes y un manual bien detallado.

En darles herramientas altamente productivas y una serie de instrucciones y normas a seguir.

Este sistema no sólo lo vemos presente en las fábricas tradicionales de producción, también en empresas actuales.

Personalmente conozco muchas agencias de publicidad, tiendas de ropa, supermercados, escuelas, e infinitos negocios que operan bajo esta fórmula.

¿Cuál es el problema?

Que esta fórmula se basa en vender productos baratos, que aportan poco valor real al mercado y no tienen en cuenta a las personas.

Durante muchos años funcionó, pero actualmente los consumidores no son fieles a los productos baratos.

Queremos productos únicos, diferentes, alineados con nuestros valores, guiados por marcas y personas que nos inspiren, personalizados…

A lo largo de muchos años, las empresas se han basado en crear productos masivos y molestarnos con publicidad con la esperanza de que supiéramos que existen y les comprásemos.

Pero hace tiempo que dejamos de prestarles atención.

Hoy en día, la única forma de conectar con el mercado es entregar un valor excepcional. Crear negocios con propósito para servir y mejorar la vida de las personas.

No hace falta ser médico, abogado o psicólogo para tocar la vida de alguien.

Este es el gran reto de los negocios hoy en día y es donde podemos encontrar más beneficios que puramente el económico.

Primero, veremos cómo ganan dinero las empresas tradicionales que no se han adaptado al cambio de mercado para entender que no podemos seguir las mismas reglas de juego si realmente queremos tener éxito.

Las empresas tradicionales tenían en foco en el beneficio económico. Y el mercado exige cambiar la visión hacia un beneficio centrado en la persona. En generar valor, solucionar problemas y cubrir necesidades reales.

Entonces, ¿cómo ganan dinero estas empresas?

La respuesta la encontramos en la diferencia entre lo que se paga a un empleado y el valor que este produce. Si un trabajador tiene un salario superior al valor económico que genera, no da beneficio. No es rentable para el negocio.

Ante este panorama, los propietarios capitalistas se preguntan ¿cómo aumentar los beneficios?

Sencillo: conseguir empleados de sueldos bajos que produzcan un beneficio elevado. Cuanta más diferencia exista entre salario y beneficio mejor para el negocio en términos de rentabilidad.

¿Y dónde está el truco para que empleados con nóminas bajas consigan grandes beneficios?

En equiparlos con máquinas eficientes y un manual bien detallado.

En darles herramientas altamente productivas y una serie de instrucciones y normas a seguir.

Este sistema no sólo lo vemos presente en las fábricas tradicionales de producción, también en empresas actuales.

Personalmente conozco muchas agencias de publicidad, tiendas de ropa, supermercados, escuelas, e infinitos negocios que operan bajo esta fórmula.

¿Cuál es el problema?

Que esta fórmula se basa en vender productos baratos, que aportan poco valor real al mercado y no tienen en cuenta a las personas.

Durante muchos años funcionó, pero actualmente los consumidores no son fieles a los productos baratos.

Queremos productos únicos, diferentes, alineados con nuestros valores, guiados por marcas y personas que nos inspiren, personalizados…

A lo largo de muchos años, las empresas se han basado en crear productos masivos y molestarnos con publicidad con la esperanza de que supiéramos que existen y les comprásemos.

Pero hace tiempo que dejamos de prestarles atención.

Hoy en día, la única forma de conectar con el mercado es entregar un valor excepcional. Crear negocios con propósito para servir y mejorar la vida de las personas.

No hace falta ser médico, abogado o psicólogo para tocar la vida de alguien.

Este es el gran reto de los negocios hoy en día y es donde podemos encontrar más beneficios que puramente el económico.